El exceso de rapidez se vive mal en la cama.
Se estima que la eyaculación precoz afecta alrededor del 25-30% de los varones aunque no todos lo viven como un problema.
Se han utilizado muchas formas para evaluar lo que se podría considerar eyaculación precoz: desde evaluaciones temporales con reloj en mano, desde el conteo de empujes o penetraciones durante el coito, valoraciones más subjetivas donde entra la satisfacción de la pareja, con expectativas tipo «hasta que ella no esté satisfecha yo no puedo llegar» y un largo etcétera.
Lo que sí cuenta como dificultad en el control de la eyaculación es la vivencia como problema, la falta de satisfacción del propio hombre y su pareja, y la sensación de que no existen ni control ni decisión alguna en el momento de eyacular. El hombre no puede controlar y retrasar si lo desea, el orgasmo.
La ansiedad está presente en un porcentaje importante de hombres con eyaculación precoz, y juega un papel importante en el mantenimiento del problema. El miedo a ir demasiado rápido, a no satisfacer a la pareja, a quedar en evidencia, a no aguantar como «se debe», etc, etc. provocan tal estrés que pueden desaparecer el deseo sexual y la erección.
Qué podemos hacer cuándo el factor tiempo se convierte en un agobio en la cama?
* Bajar presión y Desdramatizar. Cualquier actitud tipo «debo aguantar más!!» «me dejará porque voy muy rápido …» «no sé satisfacerla»…. lo único que hace es aumentar la ansiedad y por tanto la eyaculación precoz. Si realmente es un problema para ambos, vamos a buscar posibles soluciones o ayuda profesional, pero intentad no añadir más tensión y agobio con este tipo de actitudes.
* Cuidado con creencias machistas tipo: «no hay mujeres frígidas sino hombres inexpertos», aún vigentes en la mente inconsciente de muchos/as. Además de quitar poder a la mujer, este tipo de sentencias responsabilizan al hombre del placer sexual femenino, incrementando la presión y provocando disfunciones sexuales. Cada uno es responsable de su cuerpo, de conocerlo y expresar lo que se desea para sentirse satisfecho/a.
* El papel de la pareja es básico para que no aumente sin querer la sensación de malestar reaccionando con rabia y poca ternura ante la ayaculación precoz. Por supuesto, esto no significa resignarse o quedarse sin el propio placer, únicamente tener actitudes que vayan a favor de una solución satisfactoria para ambos. Cuando la pareja se convierte en otro punto de presión, lo único que suele conseguirse es que el hombre con eyaculación precoz evite los contactos sexuales por posibles represalias emocionales. Por tanto, siempre que sea posible id los dos a la consulta sexológica. Un problema sexual, es algo que afecta a ambos.
* Recuerda que la sexualidad no se acaba cuando uno ha eyaculado. A pesar de que la penetración haya durado menos de lo deseado, hay que evitar caer en la simplicidad de que un pene en erección es imprescindible para el placer y orgasmo de ella. El juego puede continuar con caricias, susurros, masturbación, juguetes… No permitas que el eyacular rápido lo determine todo en la cama. Esto es más fácil cuando la pareja no tiene demasiadas dificultades para conseguir el orgasmo.
* Las estrategias para mejorar la eyaculación precoz van dirigidas a aumentar el control y consciencia de los momentos previos al orgasmo, a disminuir la ansiedad, a valorar en qué situaciones se controla y cuáles no (se controla bien durante la masturbación y juegos eróticos con la pareja pero no durante el coito? o el «descontrol» eyaculatorio es global?); el objetivo es optimizar la respuesta sexual con expectativas realistas. Cuando se considera necesario, el tratamiento farmacológico (dapoxetina, ISRS, etc.) se combina con el trabajo en terapia.
En cualquier caso, para gozar de una satisfactoria vida sexual, primero hay que ser honesto y si hay dificultades encararlas con proactividad y optimismo, ya que la mayoría de las disfunciones sexuales tienen un margen de mejora importante.
Que tengas una feliz semana!